VICTIMISMO Y RESPONSABILIDAD EMOCIONAL

En esta entrada, os quiero hablar de JULIA, es una chica de 37 años, casada con un hijo de 5 años que, al acudir a consulta expresa sentirse de la siguiente manera:

–           Siente que todo lo malo le pasa a ella, que las cosas malas simplemente le llegan.

–           Siente que la gente le trata mal, sus amigas le miran regular.

–           Siente que siempre le echan la culpa a ella en su familia.

–           Su marido no asume las tareas domésticas a partes iguales…NUNCA la ayuda

–           Durante el confinamiento no le ha quedado más remedio que hacerse cargo de la comida y organizarse para cocinar. SIEMPRE le toca a ella

–           La pobre no ha podido salir durante el confinamiento y continuar con la vida normal.

–           Sus amigas son mucho más guapas y tienen mejor cuerpo… a ella no le quedan tan bien los vaqueros. No se hace foto con ellas y a sus amigas suele darle pena y la llaman mucho para darle recetas saludables y recomendarle ejercicios que puede hacer en casa.

–           Expresa que no vale para el ejercicio porque al día siguiente tiene muchas agujetas.

–           Cuando llama alguna persona y no la pilla en buen momento siente que la han rechazado por que no vale lo suficiente. Siempre soy la pesada del grupo.

–           Su jefe le pone de los nervios porque quiere cumplir los plazos en el trabajo no se da cuenta de su situación, su jefe debería ser menos exigente.

–           Cree que si su suegra dejara de hacer las cosas que hace ella podría estar más tranquila.

La única persona en la que confía de verdad Julia es en su madre, porque hace todo lo que ella quiere y necesita, le ayuda en casa y no critica su aspecto, le suele preparar comida y llevársela a su casa para que ella no tenga que hacer tanto. Su madre sí que la quiere de verdad, haría cualquier cosa con tal de que ella estuviera feliz.

¿Qué le diríais a Julia para que sea más feliz?  ¿Qué deberían hacer los demás que viven a su alrededor para que ella pudiera vivir tranquila y contenta? ¿Podría Julia hacer algo? O ¿con que cambie el entorno sería suficiente? ¿Tiene sentido que la felicidad de Julia dependa de que sus amigas hagan algo o dejen de hacerlo? ¿De que su pareja modifique sus preferencias y haga las cosas como quiera Julia? ¿De que su suegra cambie su manera de hacer las cosas? ¿Tiene sentido que el jefe modifique su nivel de exigencia?

Reflexionemos…

A veces nos encontramos con personas que tienen una actitud de víctima y si miramos hacia nosotros mismos puede que identifiquemos que a veces estamos en ese rol. Estamos en modo “Victima” cuando nos quejamos de forma constante y no hacemos más que culpar a los demás de todos los males que nos acontecen, y cuando siempre encontramos la responsabilidad de lo acontecido en el exterior. “El mundo debería cambia y así, yo estaría mejor”

¿Qué nos hace mantenernos en este rol? Una persona que “va de víctima” puede adoptar esta actitud porque ha comprobado que con ella puede manipular a otros y así conseguir sus objetivos. Normalmente a estas personas les cuesta mucho reconocer este tipo de manipulación o de comportamientos chantajistas, pero ocurren.

JULIA situada en el victimismo, se encuentra  a la espera de que su familia, amigos, entorno y el mundo cambie para que dejen de “Molestarla y fastidiarla” así expresado, nos da una pista de lo absurdo de este planteamiento. De manera implícita, ha puesto en manos de la gente su propia estabilidad y felicidad; Osea, su felicidad no depende de ella, depende de que agentes externos hagan o dejen de hacer algo y Julia es una mera espectadora

¿Realmente me parece buena opción dejar mi bienestar en manos de otras personas? Incluso suponiendo que quieran y deseen lo mejor para mí, ¿tiene sentido?

Vemos que JULIA, al sentirse víctima, espontáneamente busca un culpable. Es decir, si soy víctima de algo es porque hay alguien/algo que es CULPABLE y debe ser castigado y debe pedir perdón. Con esta sutil manipulación, logran con frecuencia influir en quienes les rodean consiguiendo de ellos favores o una ayuda, que de no haberse presentado como una víctima probablemente no hubieran recibido.

Como veis, según esta manera de enfrentarse a la vida, JULIA sólo puede ser feliz y encontrarse bien si los demás hacen, dicen y se comportan como necesito que lo hagan….Yo no sé a vosotros, pero ¡a mí se me ponen todos los pelos de punta!, Depender de lo que los demás hagan, me digan o de cómo me traten, poner mi felicidad está en sus manos y depender de ellos, y tener que esperar a que ellos muevan ficha. ¿Tiene esto sentido? ¿Tiene pies y cabezas? ¿Quiero que siga siendo así? O ¿quiero tener yo el poder de decidir cómo quiero sentirme en cada momento?

¿Y cómo nos hacemos responsables? ¿Cuál es el punto de inflexión para salir del victimismo? ¿Para levantarnos de la silla?

Los pasos hacia el cambio son:

  • Aceptar la realidad tal y como es, reconocerla sin juicios ni valoraciones subjetivas. Separa los hechos de las opiniones. Trata de identificar así tus creencias (El mundo debería ser así, las personas deberían ser de esta manera…)
  • Identifica y gestiones las emociones que surgen de las diferentes situaciones
  • Descubrir cuál ha sido mi implicación para que esto se repita o mantenga en el tiempo y describir cual ha sido mi co-responsabilidad
  • Busco soluciones posibles, planteo actuaciones diferentes a las llevadas a cabo anteriormente, esto me obliga a salir de mi zona de control/ confort, va a ser un movimiento duro e incómodo. Trato de ver si hay otra manera de percibir la situación y observo que emoción m genera este punto de vista.
  • Decido cuál es la solución que considero más oportuna y realista y la pongo en marcha.

Puedes dejar tu comentario y compartir tu propia experiencia con este tema. ¡Muchas gracias!

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